Exportaciones peruanas: nuevos mercados y más oportunidades en 2025

Ante un entorno geopolítico cambiante, las empresas peruanas apuestan por diversificar sus exportaciones hacia mercados no tradicionales con alto potencial.

Durante los primeros meses de 2025, el comercio exterior peruano ha demostrado una notable capacidad de adaptación, con un crecimiento del 27.3 % en las exportaciones totales en el primer trimestre. Este dinamismo no se limita a los socios tradicionales como Estados Unidos, China y la Unión Europea, sino que muestra un claro giro hacia la diversificación de destinos. El panorama global, marcado por la imposición de nuevos aranceles en algunos mercados y tensiones comerciales, ha llevado a muchas empresas exportadoras peruanas a explorar oportunidades en regiones menos saturadas pero con alta demanda, como India, Turquía, Arabia Saudita, Malasia o Brasil.

El sector agroexportador ha sido uno de los más activos en esta estrategia. Productos como la uva, que ha incrementado sus envíos en más del 80 % en volumen y 56 % en valor, han encontrado fuerte acogida en mercados de Asia y Medio Oriente. También destacan el crecimiento de exportaciones de paltas, mangos, cacao, frutas congeladas y derivados, cuyos destinos van más allá de EE. UU. y Europa. Por ejemplo, Turquía, India y Arabia Saudita han empezado a importar cantidades importantes de frutas frescas y procesadas peruanas, beneficiadas por la calidad del producto, los acuerdos arancelarios y una oferta más constante en temporada baja para otros países productores.

La diversificación no se restringe a productos agrícolas. El sector industrial también comienza a identificar oportunidades concretas en mercados donde Perú aún no tiene una participación relevante. Costa Rica, por ejemplo, importa millones de dólares en alambre de cobre refinado, pero no lo compra aún a Perú, a pesar de ser uno de los principales productores del mundo. Lo mismo ocurre con barras de acero en Paraguay o con el gas natural licuado en Brasil. Estos casos reflejan espacios reales para la expansión de productos peruanos que ya tienen capacidad exportable, pero requieren estrategias de ingreso más específicas, alianzas logísticas o acuerdos comerciales en desarrollo.

En ese sentido, la diplomacia comercial y la integración regional juegan un rol clave. El Perú mantiene su compromiso dentro de la Alianza del Pacífico, que permite negociaciones conjuntas con economías asiáticas y europeas. Además, avanza en la firma de acuerdos con India e Indonesia, que facilitarán la entrada de nuevos productos en mercados con alta población y demanda creciente. El caso de India es especialmente prometedor: en 2023 ya importó más de US$ 2.5 mil millones desde Perú, y con un tratado de libre comercio en negociación, las cifras podrían escalar en sectores como agroindustria, minería, textiles y alimentos procesados.

El desarrollo logístico también acompaña esta visión estratégica. La próxima operación del megapuerto de Chancay reducirá los tiempos de tránsito hacia Asia, estimados en solo 23 días hasta Shanghái, convirtiendo al Perú en un hub logístico clave en la región. Esta infraestructura permitirá a las empresas peruanas llegar más rápido y con costos competitivos a nuevos mercados, consolidando su posición en el mapa global de exportaciones. En un contexto donde depender de pocos destinos representa un riesgo creciente, la diversificación de mercados ya no es una opción: es una necesidad para asegurar estabilidad, crecimiento y sostenibilidad en el largo plazo.