Campaña navideña: por qué las importaciones deben comenzar desde julio

La campaña navideña comienza mucho antes de diciembre para las empresas importadoras, y julio es el punto de partida clave para asegurar stock, tiempos y rentabilidad.

Aunque parezca temprano, para muchas empresas importadoras peruanas julio no marca el inicio del segundo semestre, sino el comienzo de la cuenta regresiva para la campaña navideña. Esta anticipación no es una exageración: en el comercio internacional, planificar con meses de anticipación es una necesidad logística. La temporada de fin de año representa el mayor volumen de ventas para diversos sectores —electrónica, juguetes, moda, decoración, alimentos no perecibles—, y cualquier demora en los tiempos de entrega puede traducirse en quiebres de stock, sobrecostos y oportunidades perdidas en el momento comercial más competitivo del año.

Importar para la campaña navideña implica coordinar procesos que toman tiempo: negociación con proveedores, fabricación de productos, despacho desde el país de origen, embarque, tránsito internacional (a menudo de 30 a 45 días si se importa desde Asia), gestión aduanera y distribución local. Si se considera que muchos puertos internacionales —como los de China, Estados Unidos y Panamá— registran congestión a partir de septiembre por el aumento de operaciones globales, importar con retraso puede poner en riesgo toda una campaña comercial. Por eso, julio y agosto son meses clave para asegurar que la mercancía llegue a tiempo y se pueda distribuir adecuadamente en tiendas físicas o canales online antes de noviembre.

Otro aspecto importante es el alza estacional en tarifas logísticas. Durante la temporada alta —entre septiembre y diciembre— es común que los fletes marítimos aumenten, tanto por la alta demanda como por la menor disponibilidad de contenedores. A esto se suma el riesgo de sufrir demoras adicionales por sobrecarga en terminales portuarios y aduanas. Para las empresas peruanas que buscan optimizar sus márgenes, adelantar sus importaciones no solo reduce estos costos, sino que brinda más margen de maniobra ante cualquier contingencia.

Los sectores más activos en estas importaciones navideñas son los de tecnología, electrodomésticos, juguetes, moda, productos de temporada y artículos de regalo. Muchas de estas categorías tienen ventanas de venta muy específicas: por ejemplo, un lote de juguetes que llega en enero pierde su valor comercial. Lo mismo ocurre con artículos promocionales y decorativos. En ese sentido, las decisiones logísticas deben ir de la mano con una proyección comercial sólida y un manejo estratégico del inventario.

También es importante destacar que este enfoque anticipado no solo aplica a grandes importadores. Cada vez más pequeñas y medianas empresas peruanas se suman a la estrategia de planificación temprana, incluso usando servicios como carga consolidada (LCL) para importar en volúmenes menores sin incurrir en costos excesivos. Esta flexibilidad ha permitido que más negocios accedan a oportunidades comerciales navideñas sin depender de altos niveles de stock ni almacenes extensivos.

En resumen, importar con éxito para la campaña navideña exige previsión, análisis y acción desde mitad de año. Anticiparse es más que una recomendación: es una ventaja competitiva que impacta directamente en las ventas, en la experiencia del consumidor final y en la rentabilidad del negocio. En el comercio internacional, quienes planifican con tiempo no solo aseguran el producto, sino también el momento perfecto para venderlo.